ABC | En las últimas semanas ha empezado a funcionar un nuevo parque eólico en Ucrania, el de Tyligulska, situado al sur del país, a pocos kilómetros de donde se están desarrollando los combates más sangrientos. De hecho, está a solo 100 kilómetros de Jersón, la ciudad reducida a escombros por las tropas de Putin, y a 400 kilómetros de la central nuclear de Zaporiyia, en manos del Ejército ruso.

A pesar de su proximidad a las zonas más peligrosas del conflicto, los trabajadores de la empresa privada local DTEK Renovables han sido capaces –con los chalecos antibalas puestos– de terminar la construcción de este parque y de poner en marcha los primeros 19 aerogeneradores que suman una potencia de 114 megavatios (MW). El objetivo es ampliar la planta hasta alcanzar los 500 MW. Aquí se podrían recordar las palabras de Sancho a don Quijote: «…aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento».

No hace falta subrayar la importancia que tiene para Ucrania esta instalación, ya que numerosas plantas de generación de electricidad han sido destruidas o dañadas por el Ejército ruso, que en el último trimestre del año pasado lanzó una fuerte ofensiva contra instalaciones de energía para dejar al país sin electricidad durante el duro invierno.

Fue destruida hasta el 60% de las instalaciones energéticas de Ucrania, incluida la red de transmisión nacional operada por la empresa estatal Ukrenergo. Hay que recordar que toda la infraestructura de energía del país está en la superficie, por lo que es fácil atacarla con misiles y drones. Dado que la mayor parte se instaló durante la era soviética, los ingenieros rusos pueden sacar mapas antiguos para señalar objetivos como los transformadores de electricidad y las líneas de alta tensión.

No obstante, y al igual que ha sucedido con los empleados del servicio nacional de ferrocarriles, los trabajadores de distintas empresas eléctricas han conseguido reponer el suministro con materiales importados de Polonia, Alemania y otros países.

En esas tareas han fallecido numerosos trabajadores por bombardeos, disparos y al pisar minas que habían dejado ocultas los rusos, según ha declarado Maxim Timchenko, consejero delegado de DTEK.

En una reciente entrevista con ‘The Globe and Mail’, este directivo desveló que habían perdido 136 empleados en la guerra, con 24 desaparecidos y cuatro en cautiverio. Tres de ellos murieron en una planta de carbón que fue atacada por Rusia y un gran número de ellos fallecieron en el frente tras alistarse al Ejército ucraniano.

Cabe recordar que el dueño de DTEK es Rinat Akhmetov, una de las personas más ricas de Ucrania que hizo fortuna en la década posterior a la desaparición de la Unión Soviética adquiriendo industrias pesadas a bajo precio, así como empresas de telecomunicaciones y bancos. Una de aquellas plantas era la siderurgia Azovstal, en Mariúpol, que sufrió un asedio de varios meses hasta la rendición de sus defensores ucranianos.

A oscuras

Al principio de la invasión, Rusia apenas causó daños en las infraestructuras energéticas de Ucrania, seguramente porque pensaba en una rápida conquista. Sin embargo, 48 horas después de que un camión bomba destruyera parcialmente el puente de Crimea, Rusia desató una feroz ofensiva contra la red de distribución eléctrica, lo que sumió en la oscuridad a numerosas regiones ucranianas. Incluso, cortó las habituales exportaciones de electricidad a la vecina Moldavia, la cual, también sufrió apagones porque ambas redes están conectadas.

Maxim Timchenko recuerda que el 14 de enero fue destruida el 40% de la capacidad de producción de la mayor planta de carbón de DTEK. Incluso, piensa que el «devastador y poderoso» misil ruso KH-22 de largo alcance que destruyó un edificio de viviendas causando 46 muertos –entre ellos, seis niños–, «estaba dirigido a la cercana central de carbón».

También se mantiene el peligro en la central nuclear de Zaporiyia que, con sus seis reactores, es la más grande de Europa.

Actualmente, la capacidad instalada de energía renovable en Ucrania, incluidas las instalaciones temporalmente ocupadas en el sur del país, es de unos 10 GW. Un aumento en la generación de energía verde a 30 GW significaría que las energías renovables representarían el 50% de la generación de energía de Ucrania.

El presidente del país, Volodímir Zelenski ha enfatizado repetidamente la importancia de la energía verde para el futuro de Ucrania, que se convertirá en el «centro verde» de Europa, creando una importante capacidad de energía renovable, así como la infraestructura de apoyo a su alrededor.

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